Nightwish - Imagenaerum



Nightwish sigue sin perder la línea que llevaron en su anterior disco, y es que con “Storytime” la han continuado y mejorado incluso. Soy de la opinión que la banda con Tarja era totalmente diferente y esto se notó en “Dark Passion Play”; donde la voz de Anette Olzon no se veía del todo cómoda, no era un disco compuesto para su registro vocal. No obstante, a la hora de escribir estas líneas, soy partícipe de optar por hacer como la que escucha una banda nueva o al menos sabiendo que Nightwish empezó de cero en temas vocales. Por tanto, omitiré cualquier tipo de comparación con los discos en los que trabajó Tarja.

Tras varios aperitivos en forma de vídeos y teasers, por fin tenemos entre nuestras manos “Imaginaerum”. En líneas generales es de lo mejor que he escuchado este 2011, compuesto de forma original y muy exquisita, tal y como esperaba: Superando mis expectativas. De este modo, procedamos a su análisis.

“Imaginaerum” abre sus puertas a su mundo mágico con “Taikatalvi”, una dulce melodía de cajita de música acompañada con voz masculina que narra unos fragmentos; a medida que avanza junto a melodías de flauta, nos deleitan con orquestaciones suaves, para así dar guerra con “Storytime”.

“Storytime”, tema elegido para dar a conocer “Imaginaerum”. Definiría este corte como el típico single, sin darle mas vuelta de hoja. He de reconocer que tiene unas melodías realmente pegadizas y unos teclados muy marcados, no podía esperar menos de Tuomas, pero resulta una canción demasiado simple comparada con otras composiciones que han hecho. Es mas, diría que “Amaranth”, single del anterior disco, es un tema mucho más trabajado, con más estrofas; pues si vemos lo que es en sí “Storytime”, son dos estrofas y prácticamente cuatro estribillos. No obstante, la labor melódica que lleva intrínseca, es muy buena; y con todo esto no quiero desmerecer el tema, al revés.

Lo que comienza ahora son unos riffs hardmetaleros, que nos adentran en el mundo de “Ghost River”. Un tema pesado y unas baterías muy marcadas, todo ello acompañado de la desgarradora voz de Marko Hietala. A medida que va finalizando, nos encontramos con un estribillo cantado por una coral de infantes, haciendo que parezca fantasmagórico; para así seguir con orquestaciones y acabar con unas épicas notas.
Sorprendentemente, parece ser que nuestros chicos se han puesto románticos. Llega “Slow, love Slow”, sonando a los años cuarenta. ¿Os imaginais a Anette cual Jessica Rabbit en un piano sensualmente vestida cantando una preciosa balada? Pues esto es lo que se me viene a la mente con este tema.

Un sonido único, suave, un solo de blues a bajo overdrive; que perfectamente acompañaríamos con una buena copa de coñac. En el final, junto a las guitarras que se crecen, y señalando sobre todo las melodías del saxofón, Anette se deja llevar cual diva de la música negra; para así, dejándonos un feeling indescriptible.

A continuación viene “I want my tears back”, de un estilo celta muy pegadizo, también a dos voces. Podríamos decir que es una mezcla entre “Last of the wilds” y “Bye bye beautiful” (cortes del álbum anterior), con el que a medida que va avanzando, entran ganas de bailar y disfrutar con él una y otra vez.

“Scaretale”, tema de película de miedo. Seguramente encajaría en alguna de las películas de Tim Burton debido a sus toques de polka, orquestaciones y al rollo de cuento de brujas por las curiosas e hipnotizadoras  voces de Marko y Anette. Recalcar ese gran final fantasmal a ritmo de música circense.

Nos desplazamos a tierras arábicas con la instrumental “Arabesque”. Unas melodías muy trabajadas y elaboradas que nos abrirán paso a “Turn Loose The Mermaids”, una balada un tanto melosa, pero que se deja escuchar.

Para dejar aparte la adrenalina y relajarnos, como su propio nombre dice, tenemos “Rest Calm”, que gusta oír, pero no es de las que se llevan la palma en el disco. Señalar el estribillo pegadizo y las buenas estrofas que conlleva. En la misma línea, también va a “The Crow, the owl and the dove”. Sencilla, que nos recuerda a “The Islander” por la conjunción de voces entre Marko y Anette.

Se acabó el relax, es turno de un poco de guerra. Llegó el gran tema de “Last Ride of the day”. A mi gusto uno de los mejores cortos del álbum que perfectamente podría haber sido el single del disco. Buenos y pegadizos ritmos, sobre todo en el estribillo, unos teclados que dan gusto escuchar y un solo de guitarra que es una maravilla.

“Song of myself”, es el tema mas largo de todo el disco, de unos 13 minutos aproximadamente de duración. A la altura de “The poet and the pendulum”.

Estructurada en cuatro trozos. En primer lugar “From a Dusty Bookshelf”, de comienzo épico, teclados marcados, pegadizos, rápidos y marchosos. Seguidamente viene “All That great heart lying still” con la voz de Annette de primeras donde nos hace muy buenas delicias vocales acompañadas de un espectacular coro. “Piano Black” le sigue, pesado y a medio tiempo; demostrándonos que el estribillo forma parte de un encaje cuasiperfecto.

Por último llega “Love”, comenzando con un melódico piano seguido de unas preciosas  líneas vocales masculinas; la letra es digna de ser leída.

Para ponerle la guinda al pastel está “Imaginaerum”. Un corte instrumental, sinfónico, apabullante y sobre todo, digno de escuchar de principio a fin, que deleitará a vuestros oidos. Diría que es una mezcla melódica sensacional de los tracks anteriores, que se vuelve álgido a cada cambio que realiza de forma mágica. Digna de banda sonora.

Y esto ha sido “Imaginaerum”. Un álbum en la línea de su predecesor, compuesto por temas de diversos estilos que en conjunto forman este mundo mágico haciendo que esto sea parte de algo grande. Cabe destacar que han sabido exactamente encajar la voz de Anette, haciendo que forme parte de un todo sin que destaque en sobremanera, es decir solo cuando debe resaltar, una labor brillante y buena evolución vocal por su parte.

“Imaginaerum” no debe dejarse escapar, además pronto podremos disfrutar de esto en forma de película. ¿Qué más podríamos desear?